domingo, 12 de noviembre de 2006 |
La Reina |
Acabamos de volver del cine, hemos visto La Reina (The Queen) (os puse el trailer hace un tiempo), que se centra en la semana siguiente a la muerte de Lady Di.
Como la historia es conocida por todos, no voy a poder estropeárosla y así me lanzo a contaros qué me ha parecido.
El tema de la película no es Lady Di ni su muerte. Este aspecto me parece muy importante: todas las imagenes sobre ella, su vida y su muerte aparecen en formato de televisión, con una nitidez menor. Esas imágenes y el tema Lady Di (víctima o culpable) claramente no forman parte de la película, le dan contexto pero el distanciamiento es enorme. Al fin y al cabo, la película no se titula La Princesa.
La historia se centra en las relaciones de esos días entre dos grupos de personas: el primero es el grupo de los ancianos, formado por la Reina (que lo encabeza), el Duque de Edimburgo y la Reina Madre; el segundo grupo es el formado por la generación de los hijos, con el Primer Ministro (que lo encabeza) y su equipo, sobre todo su esposa y el asesor (Alastair) que le escribe los discursos, así como, de algún modo muy secundario, el Príncipe de Gales.
Desde mi punto de vista, el tema de la película es el conflicto generacional entre ambos grupos a la hora de enfrentarse a una cuestión: cómo debe comportarse, cómo debe reaccionar, la monarquía británica ante la muerte de Lady Di.
El Duque de Edimburgo y la Reina Madre salen muy mal parados. Aparecen durante toda la película como inmovilistas y retrógrados, sobre todo él. La Reina también es una mujer de esa generación y comparte con ellos los mismos principios para afrontar el problema. Creen que, dado que Lady Di ya no forma parte de la Familia Real, el funeral debe ser algo privado; la bandera británica no debe ondear a media asta en Buckingham Palace porque no ha ocurrido algo así jamás, ni siquiera cuando muere un rey; las vacaciones de verano en Balmoral no deben suspenderse por un hecho privado. Ni decir tiene que esta reacción enfureció al pueblo, cosa que los royals ni siquiera comprenden.
El grupo de la nueva generación fue el triunfador finalmente, eso ya lo sabemos. Cherie Blair y el asesor son los más extremistas anti-monárquicos: la mujer incluso plantea la cuestión de la república, casi de dejar que los royals ahorquen ellos mismos. La película comienza, precisamente, con el triunfo de Tony Blair en las elecciones generales, aparentemente por amplia mayoría (llegamos cinco minutos tarde al cine; no sé si hubo algo antes). Eso significa que él y su gente están cerca del pueblo, lo saben escuchar. Pero, lo mismo que sucede con la Reina respecto de su grupo, el Primer Ministro no es claramente hostil al otro grupo, simplemente no lo entiende.
El clímax de la película está con la resolución del conflicto generacional entre la Reina y el Primer Ministro. Hay dos escenas clave, una con cada protagonista. En el caso de la Reina, la opinión pública se están poniendo tan en contra de la monarquía, que el Primer Ministro se ve obligado a "exigirle" a la Reina, muy firmemente, que regrese a Londres, haga una declaración pública, etc. La Reina lo acepta, naturalmente, pero sale a pasear con la Reina Madre y, partiendo de que su misión es servir al pueblo, se pregunta ante ella si, cuando uno deja de entender a su pueblo, acaso uno no debería dejar paso a la siguiente generación. Ignorando las airadas reacciones del Duque de Edimburgo, la Reina vuelve a Londres y lleva a cabo las demás acciones que le requirió el Primer Ministro.
La parte de Balmoral nos deja unas imágenes bellísimas, con una Reina nada estirada, que conduce los todoterreno, que sabe de mecánica (fue mecánica durante la Segunda Guerra Mundial); y escenas metafóricas como el fluir del río y el ciervo de catorce puntas que ayudan a acompañar esa transformación de la Reina; más que transformación, aceptación del cambio a los nuevos tiempos.
Por su parte, el Primer Ministro, a diferencia de sus colaboradores, no se deja llevar por la ambición personal y no intenta sacar partido de que, gracias a sus oportunas reacciones tras la muerte de Lady Di, ha conseguido una inmensa popularidad. Hay unas palabras, tremendamente emotivas, que pronuncia enfadado delante de su equipo cuando su asesor se burla de la Reina: subraya que ella lleva ocupando durante cincuenta años un puesto de la más alta responsabilidad con brillantez y sin mácula, un puesto que mató a su padre, y que ahora se está exigiendo de ella que lidere el luto por una mujer, Lady Di, que rechazó con una patada todo lo que ella le ofreció.
Naturalmente, Blair es el gran triunfador de la película: lidera una transformación en el Reino Unido, reconociendo y respetando el valor que tiene la generación anterior; en concreto, se le pinta como el salvador de la monarquía británica. La Reina también triunfa porque finalmente reconoce y respeta —quizá porque no le queda otra opción— el cambio que trae la nueva generación, la modernización (se dice varias veces) que viene de mano de éste su décimo primer ministro, y tiene la suficiente cintura como para dejarse salvar por él.
En fin, dado que los días de Tony Blair como Primer Ministro están cercanos al fin, y que los de Elizabeth Windsor como Reina tampoco durarán décadas, creo que la película rinde bonito homenaje a ambos.
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zarevitz | 22:25 || |
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Te lo digo con todo el cariño del mundo, pero creo que hemos visto películas distintas. La reina no cambia para nada en sus ideas, ni siquiera al final, únicamente da su brazo a torcer porque no le queda "otra opción", según sus propias palabras. Y estoy segura de lo que digo, porque tengo datos contrastados con mis fuentes.
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los de tu calaña sois unos destructores. dicho con todo el cariño del mundo.
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Te lo digo con todo el cariño del mundo, pero creo que hemos visto películas distintas. La reina no cambia para nada en sus ideas, ni siquiera al final, únicamente da su brazo a torcer porque no le queda "otra opción", según sus propias palabras. Y estoy segura de lo que digo, porque tengo datos contrastados con mis fuentes.