miércoles, 22 de agosto de 2007
Niágara cae (Niagara Falls)
Ayer llovió bastante por la mañana, así que decidimos tomarnos el día con calma, levantándonos más tarde y yendo a desayunar tranquilamente a un buffet libre en el que nos pusimos las botas.

Para entonces, el tiempo había mejorado bastante, aunque el cielo estaba todo nublado, como seguiría durante el resto del día.

Las cataratas del Niágara tiene dos partes: una parte en la que el agua cae por una pendiente recta (parte totalmente estadounidense) y otra parte en la que el agua cae por una pendiente curva, en forma de herradura (parte compartida entre Estados Unidos y Canadá). Naturalmente, esta segunda es la más espectacular, bonita y romántica. :-)

Fuimos directamente a la atracción estrella: the Maid of the Mist, un barco que te lleva justo hasta el interior de la herradura de las cataratas. Hay embarcadero en ambos lados del río y el trayecto es el mismo; en los foros recomiendan coger el barco en la zona estadounidense para evitar las colas canadiense (en este lado están casi todos los turistas, porque es desde donde mejor se ven las cataratas).

En nuestro caso, como no había cola para comprar los tickets y, además, cruzar al lado estadounidense nos habría llevado mucho tiempo, decidimos quedarnos en este otro lado.

La atracción está chula: te dan unos chubasqueros-ponchos, con los que realmente, si quieres, no te mojas nada excepto de rodilla para abajo (si hubiese hecho sol, habríamos llevado pantalones cortos y chancletas).

El barco entra hasta la propia herradura y sobre los turistas cae "mist", que son gotas de agua que quedan suspendidas en el aire tras chocar el agua de la cascada contra las rocas. Pero no son gotitas pulverizadas; son gotas enormes que te caen encima como si fuesen un chaparrón.

La cámara de fotos no se puede utilizar, a menos que sea resistente al agua. Como no es nuestro caso, os tendréis que fiar de que estuvimos allí. :-)

Yo no pude disfrutarlo tanto como habría querido, porque he cogido un resfriado de los míos y apenas podía abrir los ojos. Además, salió un resol que todavía me cegó más. Aunque sigo resfriado, el resto del día estuve mejor.

Con los pantalones vaqueros todos calados de rodilla para abajo (curiosamente no los playeros; mi santo llevó las crocs que os comentaré en el episodio 2 de Nueva York), nos fuimos a la segunda atracción que hay del lado canadiense: the Journey Behind The Falls.

Se trata de unos túneles excavados justo al lado de la cascada, unos que se meten por detrás de ella (de ahí su nombre) y otro lleva a un mirador justo al lado de la caída de agua. La vista detrás de la cascada no vale mucho; solo ves una cortina de agua que cae y la vista no es en un mirador abierto sino unos espacios abiertos en la pared, del tamaño de una puerta doble.

Lo verdaderamente imprescindible es el mirador (ahora sí, a cielo abierto) pegado a la cascada. Lo disfrutamos como enanos: el viento pegaba fuerte y nos caían ráfagas de agua encima, pero pudimos hacernos algunas fotos. No quiero ni pensar lo bien que se debe de pasar los días de sol y calor; tiene que ser una delicia.

Mojados por segunda vez, volvimos al motel a cambiarnos. Echamos una siesta y, ya por la noche, salimos a ver las cataratas iluminadas con luces de colores. Curiosamente solo ilumninaron las cataratas estadounidenses. De todas formas, no fue gran cosa; lo más bonito, ver las bandas de pájaros volar iluminados sobre el río.

Del resto del pueblo, poco que contar. Es como un parque de atracciones para niños, con casas del terror, centros de videojuegos e, incluso, el "Marvel Super Hero Adventure Centre", un edificio dedicado a los superhéroes y supervillanos de la Marvel. :-D

Los canadienses no han cuidado nada el paisaje de las cataratas y, aparte de esta especie de parque de atracciones, que está algo separado del río, han dejado construir hoteles gigantescos que se ven a simple vista desde la orilla, con un efecto horrible que afea los jardines, muy bonitos y cuidados, que recorren el camino. La parte estadounidense es un parque nacional y, al menos lo que se ve desde la otra orilla, está más cuidada, aunque al fondo también se ve algún gran hotel.

zarevitz | 14:20   ||  
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