Jejeje, escribo desde una habitación que da a la 8th Avenue, al ladito de Times Square.El día ha ido muy bien: el vuelo a Madrid, correcto y en hora. El sorpresón ha sido al coger el vuelo a Nueva York: habíamos reservado en turista, pero al llegar a embarcar, nos han cambiado de asiento y nos han puesto en Business Plus!!! Al principio hemos pensado que era un error, pero un azafato nos ha dicho que era un "upgrade" que nos regalaban. Los asientos eran como de película, gigantescos y articulados, con unos mandos que te permitían tumbarte del todo (para dormir) o mover alguna parte del sillón (piernas, espalda, masaje...). Además, cada asiento tiene una pantalla individual, para ver películas, escuchar música, jugar al tetris y similares, e incluso enviar SMS o emails y hablar por teléfono (pero pagando). Y la comida no era la típica "comida de avión" envasada, sino más preparada y sofisticada (al menos, así lo explican :-), y barra libre de bebidas y, me dice mi santo, el Rioja y el whiskey muy buenos. Lo ideal habría sido que este upgrade nos lo dieran a la vuelta, cuando vamos a pasar más horas en el avión y, sobre todo, cuando vamos a hacer noche. La diferencia con la butaca es abismal. Y bueno, llegamos a Nueva York, pasamos los controles de entrada, rapidísimos, sin ningún problema, y recogemos las maletas igual. Yo tenía miedo de que, al facturar directamente desde Barcelona, pudiese haber algún problema en la T4. [Por cierto, un pequeño aparte: en Barcelona hicimos una pequeña pirula cuando, al ver que la máquina de autochecking no me daba las tarjetas de embarque, nos fuimos, en vez de a un mostrador normal, al mostrador de entrega de maletas, una cola muy rápida, porque la gente ya tiene la tarjeta de embarque. Como el vuelo era a Estados Unidos, el azafato nos tuvo que tomar datos, tomarse su tiempo, y la cola que se formó detrás de nosotros fue tan escandalosa que llego a producirse algún conato de revuelta. :-S] Volviendo a Nueva York, salimos del aeropuerto y vimos la nota "negativa" del día: estaba lloviendo y, cada cierto tiempo, con bastante fuerza. El taxista nos llevó por unas calles poco ortodoxas, como entre barrios, pero como, por un lado, la tarifa es plana dondequiera que te tenga que llevar en Manhattan y, por otro lado, era la ruta que marcaba el navegador, fuimos tranquilos todo el rato. Pero sí, nuestra primera visión del skyline ha sido gris, con el cielo nublado y cayendo mucha agua. Llegamos al hotel y todo correcto, con una ubicación fantástica. Al ver que somos dos chicos, nos han cambiado la reserva a "hab con dos camas", a pesar de que yo reservé solo con una, pero mira, por no discutir, le he dicho que sí al cambio. Al fin y al cabo, como está sucediendo ahora mismo mientras escribo, estamos los dos juntos en la misma cama; son bastante grandes. :-) Como eran las cinco, hora local, hemos salido a dar una vuelta. Hemos hecho un recorrido fácil, desde Times Square/Broadway hasta Central Park por la 7th, de ahí hemos bajado hasta la 5th, y de ahí hemos bajado hasta la 45th, que es la de nuestro hotel, que hace esquina con la 8th. Times Square es muy, muy impresionante, con todas las pantallas, anuncios luminosos, anuncios no luminosos. Lo que yo no sabía es que está todo así en 360 grados y, para reflejarlo, he sacado un minivídeo, que no sé cómo saldrá. Al de poco de comenzar a andar hacia Central Park, se ha puesto a llover y, cuando estábamos en la 5th, enfrente de Tiffany's :-), se ha puesto a diluviar. Pero bueno, se ha calmado un poco y hemos podido ver el Rockefeller Center y St. Patrick's. De vuelta al hotel, hemos comprado un poco de comida para cenar en la habitación e irnos a dormir relativamente pronto; con el jetlag no será difíl. Una anécdota bonita es que, cerca del hotel, en 35 W 45th, hemos visto un portal bastante cutre (pequeño, poco iluminado) con unas enormes placas de mármol Portor; mi santo se ha emocionado y le ha pedido permiso al portero para sacarle una foto; al principio se negó, pero como era hispano y se han puesto a hablar en español, finalmente ha aceptado. Bueno, hasta aquí el relato exhaustivo de hoy. No sé si otro día contaré/os aburriré con tanto detalle. Mañana, si el tiempo acompaña (el pronóstico dice que sí), iremos al Empire State Building a ver el panorama desde bien arriba. Besos a todos |