Como este blog es como es, os iba a contar hoy un montón de historias
mías y del corazón azul cuché.

Os iba a contar que me he cortado el pelo, rapado al 4, la primera vez
que lo hago, y que he perdido todos mis rizos falsos.

Os iba a contar que anteayer fuimos de excursión a Elche, a "El huerto
del cura", un jardín de palmeras, cactus y muchas otras plantas,
precioso, ya os colgaré alguna foto.

Os iba a contar también que una noche de éstas he soñado que me
presentaban a Beatriz, la de Holanda, pero no era como en las
revistas; de hecho, no era ella, como le hice notar a mi madre en el
sueño.

Os iba a hablar, en fin, de las estratagemas que está habiendo para
que la pequeña Aiko no herede el Trono del Crisantemo, de los arreglos
de photoshop de las fotos de la boda de Bustamante o de la miniquedada
a la que he asistido como consorte con un conocido del chat.

La cosa es que os iba a contar muchas historias y frivolidades, pero
me ha parecido más oportuno dedicar este post a mi primer amigo, el
primero que hice, hace muchos años ya, además de compañero de clase
desde quizá tercero de egb hasta tercero de bup, y que ahora está
pasando un trance importante y que, ayer me enteré, está esperando un
hijo con su amada esposa. :-)

Es una noticia tan feliz que no se puede expresar mucho más con
palabras y que desplaza, desde luego, a todas las demás que os iba a
contar.

Este es un post homenaje a Pablo, a su mujer y a su futuro hijo, que
si nace allí, en aquel lado del Atlántico, será el primer Chispas que
pueda llegar a ser Presidente de los Estados Unidos de América.

(Besos a los demás, no me seáis celosos.)