martes, 4 de septiembre de 2007
Lujo y fantasía
Las Vegas es, fundamentalmente, una calle: el Strip. Salimos del motel a las seis de la tarde y, en 10 minutos andando, ya estábamos allí.

Lo primero que vimos (desde fuera) fue el hotel "New York, New York", formado por un conjunto de edificios que recrean Nueva York: Estatua de la Libertad, Empire State, Chrysler, Torres Gemelas... Hicimos también una visita rápida, de pasada, al MGM Grand, el hotel de la Metro Goldwyn Mayer, que por dentro imita una selva, con cocodrilos, serpientes, pájaros y mariposas articulados que se mueven. Allí vimos nuestro primer casino, pero como digo pasamos de largo atravesándolo sin más.

Fuimos después a una tienda de souvenires que, en la puerta, tenía un cartel del Gran Cañón y, como justo veníamos de allí, entramos a ver. Nuestra sorpresa fue ver que el suelo y las paredes estaban decorados imitando el fondo del gran cañón, con puentes de cuerdas incluidos, tipo Indiana Jones. :-) Nos llamó mucho la atención entonces, sin imaginarnos lo que nos encontraríamos después...

De ahí seguimos por el Strip, con un solazo y un calor tales que se caían las moscas. Durante todo el camino, cada cinco metros alguien te ofrece tarjetas de prostitutas.

Entramos en el Miracle Mile Shop, un centro comercial inmenso, con aire acondicionado. :-) Dentro del centro comercial, nos encontramos que íbamos paseando, primero, por un pueblo medieval y, después, por un pueblo árabe, al estilo de las Mil y una noches. El suelo estaba adoquinado, las tiendas imitaban fachadas de edificios y el techo estaba pintado como si fuese el cielo, iluminado con luz de tarde. Era precioso. Mi santo se acordó de mi madre y de lo que disfrutarían juntos en tantas tiendas, tan variadas; también pensamos en lo que sufriría mi padre. ;-)

Cuando salimos ya era de noche y, como el Strip era tan inmenso y sólo teníamos esa noche, decidimos qué tres hoteles visitar por dentro.

Empezamos por el Bellagio. (Antes, comentar que, en la acera de enfrente, está "París", con su Torre Eiffel, Arco de Triunfo, Opera, Hôtel de Ville..., casi a tamaño natural; increíble.) Delante del Bellagio hay un estanque con chorros de agua que se mueven al son de la música.

En la entrada y en el interior del hotel rebosaba el lujo: nada más atravesar el vestíbulo decorado con enormes flores de vidrio coloreado en el techo, llegamos a un invernadero con flores naturales, preciosas y en perfecto estado (ni una hoja marchita), fuentes que bailaban con la música, la fuente-cascada de chocolate más alta del mundo, un obelisco de nácar... Verdaderamente desbordante de lujo. Nos marchamos pronto, dejando atrás las tiendas del hotel (Chanel, Dior, Hermés), porque queríamos ver el hotel famoso por sus pinturas y trampantojos y, aunque el Bellagio algo tenía (la típica cúpula de cielo y guirnaldas), no era el que andábamos buscando.

Seguidamente entramos al Caesar's Palace, un hotel decorado al estilo romano. En su Coliseo (un edificio adjunto con forma del de Roma), Celine Dion actuaba esa noche. El hotel era también muy lujoso, y las columnas y paneles eran imitaciones de mármol de Amarillo de Siena que, a juicio de los que entienden :-), estaban maravillosamente bien pintadas, no así tanto las columnas de Portor que había en el exterior (aunque a lo lejos daban el pego). Nos fuimos enseguida, sin entrar al casino ni al shopping forum, porque tampoco era nuestro hotel.

Así que enfilamos hacia The Venetian. De camino pasamos por el Mirage, que tiene delante un juego de cascadas, enorme y con sonido de pájaritos; alucinante.

The Venetian es un hotel que replica la ciudad de Venecia. La entrada donde las limusinas dejan a los huéspedes tiene un techo enorme decorado con pinturas dentro de marcos dorados y barrocos. El vestíbulo era igualmente impresionante, y los pasillos que llevaban al casino estaban decorados, como buscábamos, con pinturas y falsas molduras y mármoles; pero eso era sólo el aperitivo. En el vestíbulo del casino, el techo estaba decorado con muchos cuadros enmarcados en oro y, de cada uno de ellos, colgaba una lámpara gigantesca. De ahí fuimos al siguiente piso y, según subíamos por la escalera, apareció ante nosotros el techo pintado de la forma más impresionante que os podáis imaginar, como en la propia Italia, con un gigantesco motivo principal de la coronación de una reina por un ángel, con la corte presenciando el acto, todo ello enmarcado de nuevo en oro y rodeado de otras pinturas con motivos clásicos.

En esa zona empezaron ya las tiendas. Fuimos avanzando y nos encontramos, como en el Miracle Mile, dentro de la propia ciudad de Venecia: suelo empedrado y fachadas venecianas, hasta llegar a la plaza de San Marcos, con sus puentes y góndolas que navegaban por un canal de agua que te llevaban incluso por fuera de hotel!!! La plaza era enorme y su techo era una gigantesca imitación del cielo de la tarde, tan bien iluminado que parecía real y daba sensación de jetlag (recordemos que serían las diez de la noche). La temperatura era muy agradable y, en la plaza, tocaban unos músicos.

Era todo una fantasía. Estuvimos allí un buen rato disfrutando de aquella "Venecia", situada dentro del hotel de una ciudad, Las Vegas, que está en medio del desierto. Nos fuimos únicamente porque estábamos cansado de todo el día de viaje.

Para salir tuvimos que atravesar otra vez el casino y nos detuvimos en las mesas de black jack, poker, ruleta, tragaperras... Fuimos a jugar unos dólares en las tragaperras (en las otras mesas no me atreví; me pareció todo muy profesional), pero incluso para eso había que sacar una tarjeta especial; así que pasamos de largo. En el mismo casino había un apartado, como si fuese un café-teatro (por describirlo de alguna manera), donde actuaba el "mismísimo" Elvis. :-D Hubo una pareja que incluso saltó al pie del escenario a bailar rock & roll.

De vuelta para el motel, pasamos por delante del famoso casino Flamingo y, más adelante, vimos desde fuera los hoteles Excalibur (con forma de castillo de cuento) y Luxor (con forma de pirámide, decorado al estilo egipcio).

Habríamos necesitado al menos una semana para visitar los hoteles, casinos y tiendas más importantes de Las Vegas. En una noche, nos llevamos la impresión que os hemos contado.

zarevitz | 01:01   ||  
  • Comentario de Anonymous Anónimo | 4/9/07 12:22

    Después de lo que he leído, el viaje a Nueva York, tendrá que ser ampliado también con Las Vegas y alguna otra cosita más. Sólo pienso en tu santo, lo bien que lo habrá pasado viendo esas maravillas (como entendido que es), aunque después de tanto kilómetro metido en el cuerpo no sé qué ganas le quedarán.

     
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